BOLETÍN Nº 2 DE LA BIBLIOTECA POPULAR CIRCULANTE DE CASTROPOL. MARZO – ABRIL. 1934
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Un Refranero Agrícola
Aunque, según sus Estatutos, uno de los fines de la Biblioteca es “el estudio de la comarca en sus diversos aspectos”, hasta la fecha no había sido posible cumplirlo, so pena de dejar desatendidos otros objetivos de importancia más primordial que aquél. Pero, como no pocos propósitos e iniciativas de la Biblioteca, la sazón de ser puesto en práctica le llega al cabo de algunos años, bien que, por ahora, solo parcialmente. De momento, esa labor se limitará al acopio de materiales folklóricos de la comarca, y a su clasificación y estudio.
Se comenzará por un “Refranero Agrícola” que aspira a recoger el saber tradicional de nuestros labradores sobre cosas del campo, del que son cifra y compendio los refranes. Estos irán clasificados ideológicamente y contrastados con la experiencia científica sobre cada particular.
De esta tarea se ha encargado Alejandro Sela, quien tiene reunidos ya algunos materiales para la colección. Pero esta – como, en general, la labor que ahora inicia la Biblioteca – ha de ser, sobre todo, obra de colaboración colectiva. A procurarla tienden estos renglones, que se dirigen a cuantos amen las cosas de nuestra tierra de un modo activo e inteligente; todos deben figurar en la lista de colaboradores del “Refranero”, comunicando al colector, de palabra o por escrito, los refranes que sepan o los que recojan a otras personas, especialmente a las de alguna edad.
Para mayor exactitud, es preferible que los den por escrito y que cada refrán – transcrito con la mayor fidelidad – vaya acompañado hasta donde sea posible, de los siguientes datos.
a) trozo de conversación en qué se ha oído, o propósito de qué se ha dicho;
b) qué se quiere significar con él;
c) si se sabe algún dato de su antigüedad;
d) a quién se le oyó en conversación;
e) lugar en qué se oyó o se usa;
f) si es propio del lugar o importado y en este caso, cómo se suele decir en la comarca;
g) fecha en qué se oyó y nombre del qué lo envía.
Esperamos que esta iniciativa sea acogida con interés por todos, y muy especialmente por los labradores jóvenes que se agrupan en torno a nuestras Bibliotecas: la era de bienestar y de cultura que está en sus manos dar a nuestra tierra, tiene que empezar por pequeñas tareas de esta índole, en las que nuestro pasado se examine y valore con un criterio moderno, para sacar de él las directrices del porvenir.
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PIÑERA
Una conferencia
Para festejar el primer aniversario de su fundación, organizó esta Biblioteca un acto que, con gran concurrencia de toda la parroquia, se celebró en su local en la tarde del domingo 14 de Enero.
Dio comienzo con unas palabras de José Ramón Martínez, quien leyó algunos datos de interés sobre el movimiento de la Biblioteca en su primer año, recordó las circunstancias en que fue creada, las personas que más ayudaron a convertirla en realidad y luego de agradecer a los presentes su asistencia y especialmente a Alejandro Sela que hubiese aceptado el encargo de dar una conferencia, anunció que iba dar lectura a unas cuartillas escritas por D. Luís Santullano expresamente para este acto, Fue muy aplaudido, y las cuartillas del Sr. Santullano – que van al frente de este número – fueron acogidas con una verdadera ovación.
Seguidamente se levantó a hablar Sela, que fue recibido con calurosos aplausos. Comenzó aludiendo a la efeméride se celebraba y a otros temas relacionados con la vida de las Bibliotecas, entre los que merecieron visibles muestras de asentimiento las frases de dura condenación que tuvo para los que pretenden más o menos encubiertamente, hacer la guerra a estos centros. Tuvo un recuerdo cariñoso para Manolo Marinero y entró de lleno en el tema de su charla que era “Orígenes de la literatura española”.
Con gran claridad y método, fue pasando revista a nuestros primitivos monumentos literarios. El cantar del Mío Cid, Auto de los Reyes Magos, Libro de Alejandro, etc., y a nuestros escritores más antiguos: Berceo, El Arcipreste de Hita, Alfonso el Sabio, Don Juan Manuel etc., haciendo ver en todo momento los grandes atractivos que encierran para el lector medio y las posibles dificultades que éste puede encontrar hasta gustar esas venerables obras plenamente. Aconsejó a los que deseen adentrarse en ellos la lectura de algunas obras de crítica,- que enumeró – de Menéndez y Pelayo y, sobre todo, de Menéndez Pidal, el gran maestro de la filología española. La conferencia – que fue publicada integra en «La Comarca» de Ribadeo – fue aplaudidísima por todos los presentes, que felicitaron calurosamente a Sela por su agradable disertación y salieron muy complacidos de este primer acto organizado por nuestra Biblioteca.