Publicado en: Inédito
Navia es campo, sencillamente. Con sus prados, sus labrantíos. Según la época o según la estación, por los campos naviegos se ven trigales, nabales, maizales, patatales y, en fin, la biblia.
Todo da flores, todo da frutos. Y la continuidad está asegurada. Todo se reproduce.
Y, además en Navia, llueve y hace sol. El agua vivifica el paisaje. El sol lo entona, lo abrillanta, le da luz.
Y, si hace falta, aparece el arco iris que nos cubre y envuelve como un halo de santidad.
Todo ello nos da una idea aproximada de lo que puede ser
¡La gloria!