Publicado en: Inédito
Los vinos españoles, como regla general, carecen de bibliografía. Para enterarse uno un poco hay que ir a los centros de producción. Hay que ir a ver con los propios ojos.
Hay, sin embargo, una excepción. Los de Jerez. Puedes estudiar estos vinos, a distancia, en la propia casa de uno, en su biblioteca. Y, para completar el conocimiento, se pueden adquirir en cualquier parte, en cualquier tienda española. Los vinos de Jerez están bien distribuidos.
Otros vinos españoles, de mesa, siendo buenos, salen muy poco de su región. Y, en algunos casos, salen al extranjero sin que el mercado español los conozca a fondo.
Pero, así y todo, conviene ir a Jerez. Y dar una vuelta por los pueblos preferentemente productores: Jerez, Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda y Chipiona. Por lo menos.
Yo, en los últimos diez años, he ido por allí tres veces. Y siempre se aprende algo nuevo.
Y es que la zona jerezana tiene una especie de cultura. Su conocimiento exige tiempo de estudio y meditación. Pero no acabará uno, a pesar de todo, de saber…Por allí se juntan conocimiento y embrujo. Que acaban, en definitiva, por reducirlo a vino.
Los libros de Pemartín y G. Gordon, le dan a uno la idea de los vinos que allí se hacen. Y, como dicen la verdad, uno se orienta bien.
La publicidad de los vinos me parece lícita en todo caso. Pero a su lado debe haber libros orientados hacia el estudio ponderado. Así se profundiza en el conocimiento.
Del vino de Jerez sabemos su historia y, a través de ella, su forma de evolucionar, su terminología…