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Anleo. Castillo del Marqués de Santa Cruz. Sobre esa suave loma el castillo… Las hiedras lo agarrotan y lo asfixian. El castillo abandonado se muere. Alegría romántica. Esto es tristeza.
En su torno laureles, espinos y zarzas separan las lindes de las fincas. Se percibe a lo lejos el monte de pinos, y más acá, el rastrojo de los trigales. Y el trigo en gavillas amontonado. Verano.
En primer término el maizal, el híbrido que morirá pronto. Con el comienzo del otoño.