Recuerdos de Vilavedelle
Autor: Fernando Vijande Fernández
Editorial: FILATERIA
ISBN: 978-84-8367-866-4
Oviedo 2025

Página 37-38
EL VALOR DE LA AMISTAD (Capítulo publicado el 18 de septiembre de 2023, en el muro de su cuenta de Facebook)
Uno enderezaba los malhechores con sus sentencias, el otro enderezaba el hierro con su martillo en la fragua.
Uno fue a la escuela de Seares andando desde «Vilavedeye», no se perdía una lección, el otro también iba andando a la escuela, pero, a veces se perdía por el camino mirando la fuerza del agua del río.
Uno estudiaba la composición química de los suelos y la mejor época para sembrar el trigo, el otro afilaba la reja del arado a martillazos para que entrase en el barbecho.
Uno hizo la mili en Zaragoza y salió de «Vilavedeye» en dirección Vegadeo y Lugo y de ahí en tren hasta el Pilar y cuando le preguntaban para ir a Zaragoza señalaba hacia Vegadeo, el otro estudió su carrera en Madrid y viajó por toda España.
Por la mañana se juntaban en A Taraxe, cada uno con su pala de arpones y con el agua por la cintura iban clavándola en la arena y recogiendo «soyos» y lenguados.
«Cuidado Alejandro que se te escapan los «soyos» igual que los ladrones» le decía Marcelo de Xuana (el parrón) a su compañero.
«Calla Marcelo y cierra las piernas que te explico el efecto Venturi» le respondía Alejandro con sorna.
Al terminar la pesca comparaban las capturas y se sacaban juntos la foto.
Página 78
HISTORIA DE VILAVEDELLE
…/…
En otro texto hablaré de las relaciones de la villa de Vilavedelle con otros dominios y su pertenencia a los monasterios que exisitieron y que existen hoy en día. También es interesante la relación que tiene Vilavedelle con la fala y los escritores nacidos en ese lugar que la han empleado (Tengo que destacar a D. Alejandro Sela, escritor y juez de Castropol y posteriormente de Navia, y autor de varios libros, no solo en fala), y por lo tanto vamos a reivindicar y nombrar a esta «villae» por su nombre en fala o eo-naviego: Vilavedeye.
Página 106
RANDIÑA
…/…
En casa de la Fonte, vivía doña Francisca y su hijo Alejandro Sela, que era Juez, y el Randiña, al simunlar el ataque (epiléptico), se rompía la ropa y doña Francisca, toda apenada, le regalaba trajes de su hijo, con lo cual, nuestro protagonista salía vestido de gala.
…/…