Revista LOS GORROS BLANCOS. Noviembre, 1974. Nº 20, pág. 20.
Alejandro Sela, juez comarcal de Castropol y perito agrícola , reune dos condiciones: conocer y juzgar. Estas virtudes las dedica al vino. Por la primera lo estudia a fondo, viendo sus buenas y malas cualidades. Por la segunda toma partido y se decide a juzgarlo y el veredicto es bueno y esto sin apartarse de la verdadera justicia.
Veinte capítulos componen su obra. Una cuarta parte de ellos está escrita en un lenguaje de paseo por las tierras vinícolas de España: Rioja, vinos catalanes, Castilla y su vino, vinos gallegos y vinos andaluces.
Otra cuarta parte es su diálogo con el propio vino. Los temas de la vid, el vino, la prueba de los mismos, su color, su cómo y su por qué, son tratados con cariño y amenidad.
La mitad restante es literatura y amor para el vino y también de éste para con ellos.
Libro ameno, de agradable lectura y texto correcto. El lector sentirá al leer sus páginas lo mismo que cuando degusta un vino joven, lleno de vida y que le espera una buena crianza y vejez. En este aspecto nos gustaría que Alejandro Sela nos diera otra obra, ésta como un vino añejo, de cuerpo y profundo bouquet, que sabemos guarda en su mente, en su bodega. La obra ha sido galardonada por el Sindicato de la Vid de Barcelona.